La historia de Machu Pichu comenzo en Lima, hace casi 7 dias.

Alli fue donde por mediacion de la Señora Rosalia nos pusimos en contacto con Marcos Robles, un avezado vendedor de boletos turisticos de Cuzco y alli fue donde empezo la gran Odisea.
 
Despues de estar  practicamente 4 dias llamandole por telefono, por fin nos confirmo. Finalmente contratamos un servicio que tenia que recogernos en el mismo Hotel y traernos de vuelta, ya que regresabamos a las 2 am. Le llamamos el dia de antes y nos dijo que acudieramos a la Plaza de Armas, lo cual no aceptamos y exigimos q nos recogiera en el Hotel, como habiamos convenido, a lo cual respondio que no habia problema q pasarian a por nosotros a las 6 am.
 
Pues bien, despues de despertarnos, intentar ducharnos con agua fria y trasladar las mochilas al Loki, a las 5:45  am estabamos en la puerta de nuestro Hostal, y a las 6:20 aparece el tal Marcos Robles andando por la calle, jajaj nos queamos flipando, menudo servicio de recogida, total que nos acompaño a la Plaza de Armas jajaja.
 
Nos dio los tickets y nos fuimos para el Machu Pichu. Primero cogimos un autobus hasta Ollantaytambo (2h) y desde alli nos embarcamos en el tren de Peru rail  hasta Aguas Calientes, el paisaje es alucinante y es curioso como poco a poco sube la temperatura y te vas adentrando en los inicios de la selva.
 
Machu Pichu no se puede describir, a pesar de lo famoso, turistico y visto que lo podemos tener por fotos, postales, etc, te quedas impresionado al verlo, es increible lo que alli se levanto y construyo, y todo en un entorno impresionante, mistico.
 
El pueblo de Aguas calientes, tb llamado Machu Pichu es un pueblo 100% turistico, pero nos encanto, hubo un momento en la plaza, tomando uuna cerveza en el que un grupo de niñas se puso a cantar… fue muy bonito.
 

Como anécdota del día

Una vez en el tren de vuelta, a las 21:30 estabamos sentados cuando el revisor se nos acerco y nos dijo que bajaramos del tren, que habia un problema. Marian reacciono incredula diciendo pero por que?, el caso es que nos dijo que los billetes eran del 31 de agosto, y no de julio, que igual nos teniamos que quedar en tierra, que nos dieramos prisa en bajar que el tren se iba e iban a intentar buscar solucion.
 
Nos tendriais q haber visto recorriendo el vagon lleno de gente dejando las maletas y buscando su asiento, parecia el camarote de los hermannos Marx. Una vez abajo, por suerte nos pusieron en otro vagon, lo cual no es habitual porque estan siempre llenos con dias de antelacion. Todo ello a una velocidad de vertigo que no daba tiempo a asimilar que estaba pasando… la suerte nos acompaño.
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